lunes, 31 de marzo de 2014

REFLEJO DE MICCION



La vejiga urinaria tiene una pared muscular llamada músculo detrusor. Numerosas uniones comunicantes interconectan sus células de músculo liso, de manera que los potenciales de acción se propagan de célula a célula. Aunque los potenciales de acción pueden generarse en forma automática y en respuesta al estiramiento, el músculo detrusor cuenta con una rica inervación de neuronas parasimpáticas y se necesita la estimulación neural para que la vejiga se vacíe.
El estímulo principal del vaciamiento vesical es la acetilcolina (Ach) liberada por los axones parasimpáticos, los que estimulan a los receptores Ach muscarínicos del músculo detrusor.
Dos esfínteres musculares circundan la uretra. El esfínter superior, compuesto de músculo liso, se designa como esfínter uretral interno; el esfínter inferior, compuesto de músculo esquelético voluntario, se designa como esfinter uretral externo.
Las acciones de tales esfínteres son las de regular la emisión de orina, la que también se conoce como micción.
Cuando la vejiga está llena, neuronas sensitivas propias acitvadas por el estiramiento estimulan a interneuronas localizadas en el segmento S2 al segmento S4 de la médula espinal.
La médula espinal controla entonces el reflejo de defensa, en el cual los nervios parasimpáticos del músculo detrusor se inhiben, mientras que neuronas somáticas motoras estimulan el músculo estriado del esfínter uretral externo, que evita el vaciamiento involuntario de la vejiga. Cuando la vejiga se estira lo suficiente, la estimulación de las neuronas sensitivas pueden desencadenar el reflejo de vaciamiento.
Durante el reflejo de vaciamiento, la información sensitiva recorre la médula espinal hasta el puente, donde un grupo de neuronas funge como el centro de la micción.
Este centro de la micción activa los nervios parasimpáticos hacia el músculo detrusor, lo que origina contracciones rítmicas. La inhibición de las neuronas simpáticas puede también causar relajación del esfínter uretral interno. En este punto, el individuo siente una sensación de urgencia, pese a lo cual de manera habitual todavía conserva el control voluntario sobre el esfínter uretral externo, al cual inervan neuronas somáticas motoras del nervio pudendo.
El reflejo de defensa permite el llenado vesical debido a que regiones cerebrales más altas inhiben el centro de la micción pontino. Estas regiones cerebrales más altas, entre las que se incluyen la corteza prefrontal y la ínsula, controlan el cambio desde el reflejo de defensa al reflejo de vaciamiento, y de ese modo permiten que la persona tenga el control voluntario de la micción.
Cuando se toma la decisión de orinar, el centro pontino de la micción se activa por información sensitiva y vigila el estiramiento de la vejiga. Como consecuencia, se inhibe la actividad del nervio pudendo y así el esfínter uretral externo puede relajarse, al tiempo que se activan los nervios parasimpáticos del músculo detrusor, lo que determina la contracción de la vejiga y la emisión de orina. La capacidad de inhibir en forma voluntaria la micción aparece por lo general entre los dos o tres años.



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